miércoles, 9 de marzo de 2011

lo esencial es invisible.

Pasamos la vida buscando el amor verdadero, a quien amar, con quien sentirnos amados, y cuando encontramos a esa persona, la idealizamos, creemos que después de la larga búsqueda, por fin podemos descansar de ella, solo para darnos cuenta al final, que el amor verdadero sólo existe en novelas de ficción, y nos decepcionamos, quizás porque esa persona nos decepcionó, y la decepción, es el peor sentimiento que puede existir. 
Pasamos la vida buscando la felicidad, y a veces simplemente la teníamos frente a nuestros ojos, pero no supimos verla, y la dejamos pasar, y de pronto, es tarde para volver a sentir lo mismo.
Pasamos la vida buscando lo mejor para uno, pero a veces estamos tan enceguecidos en lo que creemos que es lo mejor, que en el largo camino, perdemos lo que realmente era lo mejor para nosotros. 
Pasamos la vida siendo egoístas, pensando en cosas superfluas, imaginando la felicidad siempre acompañada de algo material, de una carrera universitaria, una casa grande, un auto, y vacaciones a Bali, y al fin de cuentas, todo eso se extingue, y lo que realmente podría perdurar, no existe, porque nunca le dimos el valor necesario. 
Pasamos la vida imaginando el mejor porvenir, simplemente imaginando, y nos olvidamos de lo que realmente  importa, lo invisible. 
Vivimos el presente, dejamos que las cosas fluyan, nos damos por vencidos, y aceptamos nuestras derrotas. Y en ese proceso, perdemos todo lo que amamos. 
La vida es como un puzzle, si perdemos una pieza, estará incompleto para siempre.